miércoles, 4 de noviembre de 2009

Ninguna Mujer nace para Puta

“Ninguna mujer nace para Puta”

La prostitución, como cualquier otro “negocio” no escapa a las leyes de la oferta y la demanda. Si no hay demanda no hay negocio. Con esto queremos proponer un enfoque distinto para pensar la problemática de la prostitución. Además de preguntarnos “¿por qué una mujer se prostituye?” tenemos que empezar a responder “¿por qué tantos hombres eligen pagarle a mujeres y niñas para tener relaciones sexuales?”
Marta Fontanela, en el Suplemento “Las 12” del Diario Página 12 sostiene que: “La prostitución y la trata son problemas de género. (…)
La principal causa es la desigualdad entre varones y mujeres, a la que se suma la pobreza, cada vez más feminizada. Es una relación de poder y dominación en la que intervienen dos partes:
a) Los prostituidores: 1) clientes, 2) proxenetas, 3) fiolos, 4) todos los que lucran, apoyan y sostienen de alguna manera el sistema prostituidor, ya sea desde la sociedad o el Estado.
b) Las víctimas o personas afectadas.
Es una de las formas que adquiere la violencia sexista. Como toda forma de violencia (golpes, violaciones, incesto, etc.), la prostitución produce daños físicos y psíquicos en las personas prostituidas.
Los “clientes” producen de manera directa esos daños, además de ser los que proveen el dinero para que todo el circuito de la prostitución y la trata funcionen.
Es muy difícil analizar estas prácticas como violencia contra las mujeres y niñas, dado que se invisibiliza el papel del “cliente”, y ni siquiera hay una palabra específica para nombrarlo.”
Juan Carlos Volnovich, en su libro “Ir de putas” plantea que casi todas las investigaciones que tratan de la prostitución evitan detenerse en aquellos que la consumen. Si bien la prostitución es un tema que ocupa mucho lugar en los medios de comunicación de masas, en trabajos sociológicos y es un dolor de cabeza para los organismos internacionales que tienen que elegir entre aceptarla como un trabajo legal o condenarla, de los clientes no se dice nada. Y eso que por ellos se sostiene la explotación de mujeres, de niños y niñas.
Algunos mitos sociales que sostienen esta “desresponsabilización” del consumidor de prostitución y que justifican esta acción son:
-el mandato patriarcal que sostiene que los varones son provocados por las mujeres
-la afirmación “la prostitución es algo inevitable”,
-creer peligrosamente que “lo hacen porque les gusta, que ganan la plata fácil y que así son felices”
Estas creencias tienen como fundamento unificado que la única responsable es la mujer.

“Señor, señora, no crea que me gusta estar parada en la puerta de su casa. Mis clientes son sus hermanos, sus maridos, sus primos, sus hijos y sus curas confesores. La prostitución no es un tema de las putas. Si no me quieres en la esquina, lucha conmigo, grita conmigo. Estoy aquí para decir basta” Así reclamaban al Estado y a la sociedad en general un grupo de mujeres prostitutas. Deseaban denunciar el maltrato que soportan y la indiferencia por parte del Estado. Otro cartel decía: NINGUNA MUJER NACE PARA PUTA”


Melina Mesa

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